Desde épocas milenarias se considera que la sal nunca debe faltar en el hogar porque sino las desgracias podrían aparecer. Esto se debe a su fuerte poder alquímico y protector, y a su gran capacidad para conducir la energía positiva y ser barrera ante toda energía baja o negativa.
Por estas razones se volvió un elemento muy usado en rituales vinculados con la limpieza de malas energías y protección de espacios. Incluso hoy, muchas personas que no creen en el poder de los rituales apoyan la sal antes de dársela en la mano a otro o se tiran un poco por encima del hombro cuando la derraman.
Por otro lado, también se la asocia con el dinero, ya que siempre fue muy codiciada gracias a su capacidad de conservación de alimentos y una moneda de trueque muy común.
La sal y su relación con el Feng Shui
El Feng Shui considera a la sal como un elemento purificador y protector capaz de alejar las malas energías, la envidia y los malos deseos. Su capacidad para absorber la humedad y eliminar las impurezas físicas se trasladan también a nivel energético.
Eso sí: esta disciplina milenaria recomienda poner sal en lugares estratégicos de la casa para potenciar al máximo sus beneficios esotéricos.
Dónde poner la sal para evitar pérdidas de la energía del dinero
En la entrada de la casa
El Feng Shui recomienda que todo esté ubicado en la entrada de la casa. Y la sal no es la excepción, ya que actúa como filtro energético alejando las malas vibras que pueden ingresar desde el exterior.
En la esquina de la abundancia (sureste)
La está relacionada con la abundancia y la prosperidad. Y colocar un recipiente con un poco de sal ahí potenciará las energías para atraer el dinero y el éxito en proyectos laborales.
En la esquina noroeste
Esta esquina se asocia con la energía de los mentores y personas influyentes. Colocar un poco de sal aquí puede actuar como amuleto en contra de las envidias y personas que puedan tener intenciones negativas.